Así es la estructura del fútbol profesional en México, revelando datos reveladores sobre la cantidad de equipos y sus disparidades financieras.
El panorama del fútbol mexicano se compone de un total de 317 equipos profesionales en todo el país, abarcando diversas divisiones como la Liga MX Femenil, Liga MX, Liga de Expansión, Liga Premier (Serie A y Serie B), y la Liga TDP. Esta amplia diversidad refleja la importancia y la pasión que el fútbol despierta a lo largo y ancho del territorio nacional.
Entre los datos destacados se encuentra la distribución geográfica de estos equipos, con presencia en todos los estados del país, aunque con variaciones significativas. Mientras que algunos estados como Colima y Tabasco albergan un único club, Jalisco se destaca como la entidad con la mayor cantidad de equipos.
Un mapa revela que el 35% de todos los equipos profesionales se concentran en Jalisco, Ciudad de México y Estado de México. Además, se identifican 168 ciudades y municipios como sedes de estos clubes, mostrando su arraigo en la sociedad mexicana.
En cuanto a presupuestos, se revelan abismos financieros entre las distintas divisiones. Mientras que un club de la Liga MX puede invertir hasta 1,000 millones de pesos al año, uno de la Liga TDP opera con menos de medio millón de pesos. Esta disparidad refleja desafíos importantes en términos de competitividad y desarrollo equitativo dentro del fútbol mexicano.
Las diferencias financieras entre divisiones también se comparan con otras ligas internacionales, mostrando que la brecha entre la Liga MX y la Liga de Expansión es considerablemente mayor que en otros países como España. Estas disparidades afectan el desarrollo de los equipos y la competitividad en el ámbito nacional.
Además, la falta de un sistema estable de ascenso y descenso en todas las divisiones contribuye a la falta de coherencia y estabilidad en el panorama futbolístico mexicano. Esto impacta negativamente en aspectos como la asistencia, la inversión local y la identidad de los clubes, generando incertidumbre y desinterés en las competiciones.
En resumen, la organización del fútbol mexicano refleja una realidad compleja, marcada por la diversidad geográfica y las disparidades financieras entre divisiones. Estos desafíos representan oportunidades para promover la equidad y la competitividad en el deporte más popular del país.